La cárcel pone fin a una vertiginosa carrera
Ha sido un juicio breve, de corta duración,en apenas un mes ya conocemos el veredicto del jurado: culpable de siete cargos de fraude y conspiración como responsable de la quiebra de la plataforma de criptomonedas FTX, en donde se apreció un agujero de 10.000 millones de dólares. La sentencia de condena, la primera de los dos juicios a los que se enfrenta, cierra el circulo que se inicio en el año 2018, cuando un joven Sam Bankaman comenzó su fulgurante ascensión como gurú de las criptomonedas, figura de éxito, y merced a ese aire bohemio y culto, personaje de referencia en la sociedad norteamericana.
Tan interesante como ha sido su rápida ascensión, a la que siguió un vertiginoso descenso que lo condujo hasta la cárcel, en donde pasará, con toda seguridad, las próximas décadas, es preguntarse que ha sucedido con esas elevadas cantidades de dinero que se dan por perdidas ¿Ha sido un error de gestión? como ha mantenido en el juicio, o ¿Ha utilizado el dinero de los clientes para cubrir perdidas y garantizar créditos personales? ¿Se reproduce, de nuevo, un complejo esquema ponzi, reforzado por los nuevos efectos de valor que aporta la industria criptografica con la emisión de tokens, ajenos a normativa reguladora y carentes de control?.